Editorial | Una inflación desbocada anticipa mayores luchas

Jueves, 12. Abril 2018

El descenso en los índices de pobreza correspondientes al último semestre de 2017 publicado por el INDEC constituyó, junto al repunte que registra la industria de la construcción y al incremento en las ventas de autos en el primer trimestre, los principales elementos utilizados por el gobierno para festejar y contraponer frente a la escalada inflacionaria que a esta altura ya se devoró casi la mitad del 15% propuesto como objetivo anual. Dicho voluntarismo, difícil de contagiar como no sea en sus propias filas, se desarma ante el impacto provocado tan solo por el aumento del gas, 100% desde diciembre o de los combustibles, 13,5% desde enero. Considerando los otros aumentos, alimentos, luz, transporte, peajes y comparando con el costo de la canasta básica de $ 17.000 determinada por el gobierno de CABA al cierre de año, se explica por qué el júbilo presidencial no se derrama. El presidente añora reencontrarse con el clima despertado tras los comicios del 22 de octubre que, poco después, la pueblada contra la ley jubilatoria le impidió y ahora intenta recomponer como sustento a su lanzada reelección. En principio busca recuperar el apoyo de sectores medios, cuyo desagrado no crece solo por el jaque a sus bolsillos, sino que también aumentan la desconfianza en la honradez de los CEOs-funcionarios que hacen de la gestión un negocio o ponen a resguardo sus bienes en el exterior mientras predican austeridad digitando los ahorros y recursos internos. El papelón de Dujovne, que no pudo explicar al mundo financiero por qué invertir en Argentina cuando él mismo y otros funcionarios mantienen sus capitales afuera, fue holgadamente superado por Aranguren al momento de justificar que no traería sus depósitos del exterior para no correr riesgos de perderlos, porque “el que se quema con leche, ve una vaca y llora”, así tal cual… lo dijo el actual ministro de Energía.
Más allá de las especulaciones sobre unos puntos en más o en menos de los índices de pobreza, lo cierto es que tanto en las provincias del Nordeste, en el gran Córdoba o en vastos sectores del Conurbano bonaerense, los números giran entre el 38 al 40% de pobres. Cifras aterradoras por cierto si se considera, además de los 28 meses del gobierno actual, que vienen de arrastre y cuestionan al conjunto del capitalismo monopólico del país y el funcionamiento de su régimen político, cuya degradación torna irreparables los daños ocasionados, sobre todo en la población menor a los 30 años. Sin cambios en la matriz productiva ni en el sistema vigente, no habrá solución a la pobreza y sus secuelas. Menos aún con gobiernos empresarios abiertos al capitalismo concentrado y especulativo, cuya contracara expresa y genera mayor sometimiento, explotación y desigualdad.
El techo del 15% a los salarios sin cláusulas gatillo frente a una inflación estimada por encima del 20%, junto con las modificaciones de convenios y la devaluación permanente del peso que se traslada sin control al aumento del costo de vida, son parte sustancial en la obtención de los recursos para que el plan funcione. Por otro lado los ajustes con despidos, cierres de reparticiones o fábricas, estatales o privados, también apuntan en dicho sentido y están muy lejos de ser compensados por los nuevos empleos que resalta el ministro esclavista Triaca.

Blindar el endeudamiento
Interpelación al ministro

El blindaje que otorgó Cambiemos y el peronista Mayans con la venia de Pichetto, al momento de presentarse Luis Caputo en la comisión legislativa, no alcanzó para desmontar la convicción pública sobre la procedencia de sus bienes como del ocultamiento en sus declaraciones juradas. Más allá de lo grotesco en que derivó la sesión y la inconsistencia de la oposición, el ministro no pudo desmentir su condición de accionista de los fondos off shore Noctua Partners, sostenido oportunamente por la misma empresa como también publicado por la SEC (Comisión de bolsa y valores) del gobierno de Estados Unidos. Dichos fondos son poseedores también de bonos del préstamo contraído en 2017 a devolver en 100 años y apreciados por los intereses que reditúan. Sus intereses y vínculos con la banca financiera y los paraísos fiscales han hecho del ministro figura insustituible en un gobierno donde la política de endeudamiento ocupa un espacio cada vez mayor y corre paralelo al fracaso de las políticas productivas. Se podrá alegar como ya sucedió con otros CEOs-funcionarios que no es” ilegal” tener capitales en los paraísos fiscales, pero no se puede negar que constituye dinero sucio e ilegítimo propio de la corrupción o evasión. Menos aun cuando se presentan como parte de un equipo que “brilla por su transparencia”.
El gobierno necesita más que nunca de Caputo visto la vulnerabilidad del plan económico y la necesidad de conseguir fondos externos para afirmar los tiempos políticos en busca de la reelección. El gradualismo que ellos mencionan para caracterizar el ajuste, requiere mayor endeudamiento porque la gobernabilidad sigue cuestionada y las posibilidades de irrupción popular siempre están presentes. Por otro lado, el capital financiero envuelto en su propia crisis a partir de las fricciones abiertas en el comercio internacional, torna cada vez más caro el crédito y condiciona aún más la dependencia y riquezas del país. Allí es donde aparecen los compromisos y habilidades que otorgan al ministro para lucrar con los intereses del país.

Justicia: solo para ricos

Desde la óptica de garantizar impunidad a los funcionarios, nacen los arrebatos por domesticar y controlar al poder judicial. La obsecuencia de los jueces acompaña los cambios de época. El gobierno sabe que sino vuelca ahora en su favor la tendencia mayoritaria de la corporación judicial, más adelante las cosas se pueden complicar. Hablamos de un poder judicial al amparo de un capitalismo cada vez más concentrado y por lo tanto restringido a las pugnas entre camarillas que nada tienen que ver con los intereses de los trabajadores. Que así como algunos intentan liberar a genocidas otros firman presurosos desalojos de fábricas o rutas apelando a represiones despiadadas y detenciones de trabajadores. En ese marco la liberación del empresario kirchnerista Cristóbal López después de tantas evidencias en contra, golpeó como una cachetada a la credibilidad popular, en el sentido que la cárcel existe solo para los pobres, porque los ricos pagan su libertad. Sentimiento que el gobierno pretende poner a su favor presionando para que, en otra instancia de Cámara, lo restituyan a prisión. El alineamiento de los jueces corre paralelo a la correlación de fuerzas entre una y otra facción de poder. Entre bueyes no hay cornadas. En definitiva, la justicia siempre está y se acomoda según la conveniencia y los dictados del gran capital.

También en Brasil
Sin lugar para Lula

El rol de mascarón de proa cumplido por la justicia en Brasil sirvió para detener a Lula en estos días. El presidente Temer, al igual que una gran parte de congresales que levantan la mano, acumulan pruebas y denuncias por corrupción sin que ningún juez actúe. A pocos meses de las elecciones y cuando la intención de voto resulta ampliamente favorable al ex presidente, queda claro que su detención se produce por razones políticas, para impedir la reelección y no tanto por las coimas recibidas. Más allá de las circunstancias y de las responsabilidades políticas de Lula, que son muchas, el poder real en la actual crisis de la gran burguesía brasileña no admite concesiones al movimiento de masas e impone una salida violatoria de la voluntad popular, en una demostración más de cuáles son los límites de la “democracia monopólica”. Abona en tal sentido, el hecho que el juez Moro, luego de la tarea realizada, se radicaría con su familia en Estados Unidos.

El auge de luchas expone las debilidades del modelo

Macri busca interlocutores válidos en el peronismo. Sabe que una oposición fracturada aumenta las chances electorales. De la misma forma que puso al sindicalismo de “los gordos” de su lado para aventar cualquier paro que vigorice la protesta nacional, dialoga con los gobernadores más afines que pretenden reorganizarse alrededor de Pichetto, Massa y Randazzo. Por otro lado intenta aislar a Cristina y polarizar con su tropa que si bien ya no rinde como antes, sirve para mantener la dirigencia peronista separada. En ese juego el presidente se siente fuerte y toda su prédica escasa de resultados concretos, lo centraliza en marcar el fracaso de la gestión anterior y la necesidad del ajuste conjuntamente con el llamado “crecimiento invisible”. Lo que no controla ni puede encausar es la persistente lucha de masas. Aquello que ni los mismos referentes gremiales, con cuentas abultadas, logran frenar pese a las arbitrariedades patronales, porque hace tiempo que perdieron credibilidad.
Ese estado de movilización latente fue la base sobre la que se proyectó aquel diciembre caliente que ahogó el triunfalismo oficial. Por lo cual no sería correcto desconocer la posibilidad de su repetición frente al empeoramiento de las condiciones de vida, y visto que el debate parlamentario sirve para entretener o postergar decisiones, en lugar de aportar soluciones inmediatas. Allí está el punto más vulnerable del proyecto oficial. Más allá de las derrotas parciales que implican los despidos o cierres y por momento también las dificultades para perforar el techo salarial impuesto, son los mismos trabajadores, las organizaciones sociales y la comunidad democrática, los que están dando cuenta todos los días de las inmensas posibilidades para derrotar esta política de saqueo.

La intervención popular,
gana en masividad

Según la consultora Diagnóstico Político, el crecimiento interanual de los piquetes al mes de febrero fue 56% mayor al anterior. Siendo que en 2017 alcanzaron los 5.220 se puede obtener una proyección nacional superadora sobre el nivel de participación y/o estado de ánimo de las masas. Se contabilizan en primer lugar los trabajadores estatales, en segundo lugar requerimientos vecinales, servicios, gatillo fácil, etc., y en tercer lugar las organizaciones sociales y piqueteras. En tal sentido la conflictividad de los docentes y trabajadores estatales afectados sensiblemente por el recorte salarial, despidos y políticas que destruyen la salud y la educación pública, mantuvieron abiertos sus planteos con la importante jornada nacional del 5/4 y las diversas formas que adquirieron los paros en las provincias. En estos lugares, los trabajadores estatales ejercen un rol unificador de las expresiones que decantan las crisis regionales, alrededor de lo cual se conforman multisectoriales o coordinadoras con programas concretos que los gobiernos provinciales no dan salida. La represión como política oficial amplía el repudio popular a la vez que profundiza los planteos. Así protagonizaron, la semana anterior, los trabajadores en Jujuy, en Chaco con los precarizados, en Neuquén, Río Negro, y en otros lugares con aparición de nuevos métodos de lucha como en Río Turbio, Chubut, o los despidos en las plantas de Cargill.
La colaboración interesada de la dirigencia de la CGT con el macrismo, obtura la convocatoria de planes de lucha o paros nacionales pero no puede impedir el crecimiento de la combatividad obrera y popular contra el ajuste. En lo que va de 2018 ya se corporizaron masivas expresiones callejeras: el 24 de Marzo a partir de la convocatoria del EMVJ en CABA contra el ajuste, la impunidad y la represión; poco antes el 8M por los derechos de las mujeres trabajadoras, incluso el 21F que más allá del oportunismo de Moyano fue una contundente movilización de trabajadores. El auge de luchas empuja en el sentido de la confluencia popular y el combativismo, respetando los diversos grados de unidad. No es tiempo de promesas electorales cuando el hambre, la desocupación y el salario están en juego.
Este 1° de Mayo además de levantar las banderas revolucionarias del proletariado mundial, bregaremos por la unidad del combativismo y el clasismo en distintas calles y plazas del país. La mejor síntesis de la coyuntura política estará en rescatar las enseñanzas del diciembre que pasó y a su vez desplegar iniciativas para que su reedición, sea mayor y mejor.

Andrés Zamponi

Publicado en: 
Jueves, Abril 12, 2018 - 08:00

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