A DONDE VAYAN LOS IREMOS A BUSCAR

Aprovechando de manera aberrante la emergencia sanitaria que vive la Argentina por la pandemia de coronavirus, la Justicia Federal de Córdoba acaba de beneficiar con prisión domiciliaria a uno de los genocidas más emblemáticos de nuestra historia provincial y nacional: Carlos Yanicelli. 

Este criminal conocido con el apodo de “el tucán”, integró el Departamento de Investigaciones de la Policía de Córdoba (más conocido como “D2”), que funcionara como centro clandestino de detención durante la última dictadura, lugar por donde pasaron cientos de compañeros y compañeras revolucionarios, en su mayoría luego “desaparecidos”. En tiempos de “democracia” siguió siendo funcionario policial, y fue nombrado Jefe de Inteligencia Criminal por el entonces gobernador Ramón Mestre. 

A pocos días de cumplirse un nuevo aniversario del golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976, este genocida, que tiene varias condenas a cadena perpetua en su contra, acaba de recibir el privilegio de continuar la condena en su casa, por parte de una justicia cómplice del genocidio y garante de la impunidad de los delitos de lesa humanidad. Una auténtica provocación contra la memoria, la verdad y la justicia construidas por nuestro pueblo durante décadas de movilización constante.

En momentos de zozobra para los millones que no cuentan con condiciones elementales de vida (emergencia habitacional, hacinamiento, falta de cloacas, falta de acceso al agua potable y a elementos de higiene básicos, etc.) para hacer frente a enfermedades como el coronavirus, dengue y sarampión entre otras, la Justicia Federal aprovecha para “dar vuelta la página”, demostrando que los únicos privilegiados son los fascistas.

Repudiamos esta decisión y llamamos al conjunto del pueblo y sus organizaciones a repudiar esta provocación, sosteniendo con firmeza que el único lugar para los genocidas es la cárcel común, perpetua y efectiva, y no en la calle Vera y Aragón del barrio Marqués de Sobremonte, donde está domiciliado este asesino.

No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos.

A donde vayan los iremos a buscar.