Ciudad de pobres corazones - Rosario y sus muertos. Rosario y su puerto

Martes, 14. Febrero 2023

Los recursos se van y los muertos quedan. Y no hablamos con metáforas. Muertos y más muertos. Rosario, que cuadruplica la tasa nacional de homicidios del 2022, es nuevamente escena del crimen organizado. Las bandas narcos ya no solo se tirotean entre sí, sino que además matan al azar y al voleo a personas no involucradas en la red de producción, venta y distribución de estupefacientes. El objetivo: transmitirle un mensaje a un sector de la banda que se disputa la apropiación del excedente económico de las ventas, el territorio y el mando de la organización criminal. Un elemento cualitativamente distinto por ser novedoso, implementando en los hechos nuevos límites de la impunidad con la que opera el narcotráfico. Un antes y un después en el escenario de la ciudad. 

Esto expresa lo que sucedió el pasado 1º de febrero, cuando el cuerpo de Lorenzo “Jimi” Altamirano fue encontrado muerto, producto de heridas por balas, con un papel en su ropa que decía: "Damián Escobar, Leandro Vinardi y Gerardo Gómez dejen de sacar chicos del club para tirar tiro en Rosario". Los tres sujetos mencionados son Integrantes de la barra brava de Newell´s Old Boys, cercanos a la banda de “Los Monos” y están presos.

Hecho que no está aislado de varios acontecimientos como balaceras a comisarías y demás homicidios en lo que va de enero del 2023 (22 en total). Todos en dirección al aumento de la violencia que propicia un régimen político en decadencia y de descomposición social. Nada nuevo. Si no se genera empleo, educación ni una cultura que se desarrolle y se proyecte dentro de otros marcos políticos-sociales, ajenos a la opresión, la desigualdad, el hambre y la violencia, ¿qué se le puede ofrecer a la juventud? Ser carne de cañón diaria del narcotráfico, como también mano de obra barata contratada por unos mangos y una pistola.

La vulneración de los derechos básicos para vivir dignamente está atada al relativo retraso en el desarrollo de las fuerzas productivas y a la estructura económica dependiente del país. Por eso, además, hay que buscar en otros sucesos, como los de agosto y septiembre del 2022.

Los dos se vinculan con allanamientos de cocaína en distintas zonas. Uno en territorio argentino, en Empalme Graneros, barrio de Rosario, donde incautaron 1.500 kg de cocaína, envuelta en paquetes de “Louis Vitton” y junto a alimento a base de granos de maíz. Otro, en territorio extranjero, en los puertos de Santos (Brasil) y Rotterdam (Holanda) dónde capturaron 1.434kg de cocaína que habían partido en cargamentos cubiertos de maní provenientes de General Deheza (Córdoba), y que salieron por vía navegable desde la Terminal Puerto Rosario (TPR), de la cual Vicentin es uno de los dueños. 

Miles de kilos de cocaína. Un excedente económico que crece poniendo la mira en la exportación, con el segundo polo agroexportador más importante del mundo que representa el Gran Rosario. ¿Cómo no van a crecer la violencia y los métodos que siembran terror entre la población? ¿Cómo no va a crecer la disputa entre las bandas narcos? Si las ganancias se cuentan por millones de dólares.

Así es que el accionar de las bandas narcos se vuelve cada vez más impune. Una impunidad y un terror ligados directamente a la estructura económica dependiente de la Argentina, a su modelo productivo agro-industrial exportador, y por ende, a las zonas estratégicas de la economía como el comercio exterior. Allí, el estado concedió su potestad a multinacionales extranjeras y monopolios locales, las cuales informan cuánto y qué es lo que se comercializa con el extranjero a través de las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJEV). “A cambio”, estas empresas abonan al fisco un porcentaje sobre lo que ellos mismos notifican en las DJEV.

Es decir, el estado argentino no tiene ningún tipo de control ni de lo que sale ni de lo que entra por las vías navegables de su territorio, siendo el río Paraná, esta vía natural de comunicación fluvial, por donde parte el 75% de las exportaciones nacionales hacia el mundo. 

Por un lado, el 30/06/21 a través del decreto 427/2021, el gobierno otorgó la concesión a la Administración General de Puertos (AGP) para el mantenimiento de la vía navegable troncal. Con él se transfirió temporariamente, debido a que el decreto 949/20 (que tiene como objetivo privatizar el rio) no fue derogado, la facultad de cobro del peaje a la AGP. En cuanto a las tareas de dragado continúan siendo realizadas por la empresa belga Jan De Nul.

Por el otro, las terminales portuarias están en manos de grupos económicos concentrados, extranjeros y locales (COFCO, China / Cargill, EEUU / ADM, EEUU / AGD, Argentina / Vicentin, Argentina / Viterra -  Oleaginosa Moreno -, Suiza / LDC, Francia / ACA, Argentina / Molinos agro, Argentina). Como todo monopolio que concentra y centraliza las distintas ramas de la producción, la diversificación busca acrecentar ganancias. Los grandes grupos concentrados que acabamos de mencionar no escapan a la regla. Son también grandes acopiadoras, dueñas de las plantas procesadoras que transforman a las oleaginosas en aceite, harina o biocombustible. Y como si esto fuese poco, varias de ellas son al mismo tiempo grandes grupos de siembra. De esta manera, hegemonizan la cadena de producción y comercialización de los productos rurales y de las manufacturas de origen agrarios (MOA). Una clara expresión de la gran burguesía argentina, clase social con inversiones diversificadas, en muchos casos asociada al capital extranjero.

Por eso, no es casualidad que en Rosario prolifere el narcotráfico, buscando ampliar su venta hacia el mundo. Las trabas en el desarrollo de las fuerzas productivas producidas por la propiedad privada de los resortes estratégicos de la economía en manos de multinacionales y monopolios locales, generan cada vez mayor desigualdad y mayor descomposición social. 

A esto se le suma la incapacidad del gobierno provincial de Perotti que impulsa políticas en un sentido contrario a las del bienestar popular, contando ya cuatro ministros de seguridad que pasaron desde que asumió. Con Claudio Brilloni ahora a la cabeza, el gobierno provincial plantea la misma política de siempre, represiva con los sectores populares y las víctimas de este entramado con mayor presencia policial, sin tocar ningún interés económico a las terminales portuarias y sus dueños. Evidentemente, el fracaso de su política está ligado a desviar la atención de quienes son los verdaderos responsables de esta situación, a no ponerle nombre y apellido a los enemigos del pueblo.

La expresión de la escalada de la violencia en Rosario está atada a la estructura dependiente de la economía argentina y a la traba en el desarrollo de las fuerzas productivas. Para transformar esta situación es necesario, en primera instancia, la derogación del decreto 949/20 y que el estado argentino recupere el control sobre los puertos y el comercio exterior del país. Evidentemente, las medidas aisladas no podrán subsanar el problema a la crisis profunda actual. Por eso también, es imprescindible ejecutar un programa integral, un conjunto de medidas económicas orientadas a promover la creación del empleo, la defensa del salario, la reactivación del mercado interno y el desarrollo industrial autónomo. Solo un programa antimperialista, patriótico, popular y revolucionario, abrirá camino a la construcción de una nueva sociedad socialista, destrabando el desarrollo de las fuerzas productivas, generando las condiciones para nuevas relaciones sociales de producción, rumbo a la construcción del Hombre Nuevo del cual el Che y el pueblo cubano fueron y son ejemplo. 

Esteban Pietri

Martes, Febrero 14, 2023 - 22:30

Notas relacionadas