Cambios a medida de las grandes patronales - Unidad de los trabajadores contra la reforma laboral

Sábado, 11. Noviembre 2017

En la reunión del 30 de octubre en el CCK, Macri en su discurso de presentación de las reformas impositiva, previsional y laboral, a caballo de los resultados favorables obtenidos en las elecciones legislativas, utilizó la expresión “ahora o nunca” para señalar el momento conveniente para avanzar con un ajuste profundo, que agrava las condiciones de vida –presentes y futuras – de millones de trabajadores, jubilados y jóvenes en beneficio de un grupo de monopolios, banqueros y multinacionales.
En materia laboral, antes de las elecciones y de manera oportunista se anunciaba una negociación sindicato por sindicato, pero ahora se avanza con un ataque a las bases de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT). Desde la misma enunciación de los “objetivos” de la propuesta de reforma, al introducir la equiparación del trabajador con el empresario, iguala lo que es una relación asimétrica y, en el fondo, de sometimiento, destruyendo una legislación protectiva de los derechos del trabajador. Se da vuelta el concepto de irrenunciabilidad, permitiendo resignar las mejores condiciones laborales provenientes de la LCT, en los hechos desaparece el propio convenio de la actividad.
El macrismo reitera nuevamente un procedimiento que practicara cuando, al blanqueo de capitales que eludieron el pago de impuestos, lo justificó en la trucha ‘reparación jubilatoria’. Ahora la zanahoria del proyecto es el blanqueo de los trabajadores ‘no registrados’, sin embargo, éste es ampliamente favorable al empresario a quien le perdona todas sus trampas: deudas, multas, baja en las listas de infractores e incluso los juicios en trámite.
Otros aspectos regresivos del proyecto, sin constituir un listado completo, son:
- se destruye la jornada laboral de 8 horas, se incorpora un “banco anual de horas” que evita el pago de horas extras, y se avanza hacia el “contrato de hora cero” que se aplica en muchos países y que permite que un trabajador, disponible durante un lapso, solo cobre por el tiempo realmente trabajado.
- se devuelve al patrón la facultad de modificar las modalidades de prestación del trabajo, dejando como opción frente a un cambio arbitrario, o considerarse despedido o someterse a un incierto procedimiento a establecer por el convenio colectivo.
- se excluye del convenio laboral al contratado, para ello se introduce la exótica figura del “trabajador autónomo dependiente”, reforzando que el trabajo informal nace de la tercerización.
- se limita la solidaridad empresaria en la subcontratación de ciertos servicios, reduciéndola a un mero papel de controlante del posible fraude laboral.
- se eliminan los aportes patronales a la seguridad social para los salarios menores a un determinado monto, que va de $2.300, en 2018, a $ 11.500, en 2022, actualizables por el índice de precios, recortando los fondos destinados a la previsión social.
- se elimina el régimen indemnizatorio y se lo reemplaza por un “fondo de cese del empleo”, con aportes del mismo trabajador, administrado por terceros y generando un negocio financiero del tipo de las fenecidas AFJP.
- se excluye del cálculo del monto indemnizatorio el aguinaldo, horas extras, premios y cualquier remuneración sin periodicidad mensual.
- se prohíbe la incorporación de rubros no remuneratorios en la negociación paritaria, salvo los autorizados por el convenio.
- se refuerzan los contratos basura con la creación de un sistema de “prácticas laborales formativas” que no generan ninguna relación laboral, las viejas ‘pasantías’.
- se crea la Agencia Nacional de Tecnología de Salud para regular el Programa Médico Obligatorio (PMO) a cubrir por las obras sociales, dejando abierto el ajuste a la baja de las prestaciones del sistema de salud.
Y por último, otra frutilla del postre. Se habilita al Ministerio de Trabajo a realizar un censo de asociaciones sindicales con personería gremial y simple inscripción, y aquellas que no cumplan con las obligaciones estatutarias o legales, cabe la posibilidad de su baja. Intimidación cuyo blanco principal son los sindicatos combativos y recuperados.

El llamado de la hora
A pesar de su naturaleza patronal, la cúpula de la CGT, en parte también fue sorprendida por la profundidad de las reformas contenidas en el borrador que circula como propuesta del gobierno de Cambiemos.
Antes de las elecciones, el ministro de Trabajo Triaca juraba una y otra vez que no habría reforma laboral ‘a la brasileña’. Y, si en un comienzo convocaron a la burocracia cegetista a facilitar el ‘tránsito pacífico’ del ajuste económico, ahora los convierten en cómplices de la destrucción de los derechos del trabajador y, en perspectiva no lejana, también de la propia organización sindical o al menos de su debilitamiento gradual.
Poco se puede esperar hasta aquí de la cúpula de la CGT. El Congreso es un escenario dócil para acompañar al macrismo en su cruzada ajustadora. Queda, como lo viene siendo desde el 2001, el espacio de la calle y de la lucha.
Llamamos al combativismo sindical, a los luchadores en general a asumir la defensa de los derechos de los trabajadores y de sus organizaciones sindicales democráticas y honestas. Convocamos a la unidad de acción contra el ajuste y la reforma laboral, convocamos a forjar plenarios, encuentros de trabajadores y multisectoriales que, paso a paso, de abajo hacia arriba, construyan el paro activo nacional.

Ricardo Jufré

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Sábado, Noviembre 11, 2017 - 10:00

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