A 52 años de la fundación de V.C.

Miércoles, 5. Abril 2017

El 5 de abril se cumplen 52 años de la fundación de Vanguardia Comunista – hoy PRML-.
El PRML nació con el nombre de VANGUARDIA COMUNISTA el 5 de abril del año 1965 por el impulso de camaradas como Roberto Cristina, Elías Semán y Rubén Kritskausky. En los prolegómenos de lo que abriera el Cordobazo del ´69 y, en particular, durante el Segundo Cordobazo o Viborazo se consolidó como un serio ensayo para la construcción del clasismo en la Argentina, como parte de la generación de los 60 y 70. Durante la dictadura instalada en 1976, como otras organizaciones, sufrimos un duro golpe de mano de los genocidas, pero el Partido no se quebró ni se rindió y aquel proyecto revolucionario sigue vigente a 52 años de su fundación.
Reproducimos a continuación, fragmentos del discurso pronunciado por Andrés Zamponi -miembro de la dirección nacional del PRML- el 11 de abril de 2015 en el Auditorio de la Facultad de Cs. Sociales de la UBA con motivo de los festejos del 50° aniversario de nuestra organización:

“En 1965, un pequeño grupo de intelectuales que había roto con el Socialismo de Vanguardia decidió la construcción de una nueva organización. No era cualquier momento histórico. Cuba había hecho su revolución en 1959; la República Popular China encabezada por Mao Tse Tung había hecho lo propio en 1949. Y en la década del ´60, era la guerra de Vietnam, la guerra de Laos, la guerra de Camboya, era la insurgencia de los pueblos del tercer mundo. En ese marco se organizaba Vanguardia Comunista. Nunca estuvo en cuestionamiento la toma del poder en nuestra organización. No estamos educados en la línea del parlamentarismo. Seguiremos buscando la forma de que la clase obrera argentina tome del poder.
¿Y cuál fue el aporte de VC? Principalmente la construcción del clasismo sindical ligado a la insurrección. No hay otro clasismo. Está la experiencia del SITRAC-SITRAM. Dos sindicatos de 5.000 obreros que marcaron un rumbo para los trabajadores de nuestro país. Y que desafiaron el poder de la dictadura. Este fue el mérito principal de VC, ligado a la línea insurreccional de masas. Y hablar hoy de esto puede resultar una fantasía, porque hace 32 años que en este país venimos hablando de cómo hacer para integrar una lista y participar en las elecciones: ésta no era la razón fundamental de la construcción de los partidos revolucionarios, esto no era lo que se discutía en la década de los Cordobazos. Y mediante ese Cordobazo, protagonizado por los trabajadores, por los estudiantes, por la pequeña burguesía cordobesa, se abrió la situación que posibilitó que el clasismo se hiciera realidad en el SMATA de Córdoba, en IME, en TRANSAX, en el Ingenio Ledesma, en Rigolleau, en municipales de Sáenz Peña, etc. Pero luego vino otra situación: la de la dictadura terrorista de Videla, y con ella la derrota y el reflujo. En ese marco se produjo la desaparición del grueso de nuestra dirección central. Lo que quedó del partido reflotó en el año 1979, con el no transar que decía “El partido no se rinde”. Y después fuimos partícipes de las luchas contra el golpismo, por eso lo de Villa Martelli en Semana Santa, y poco después del hambreazo, para tirar abajo, en la medida en que podíamos, el plan de ajuste en 1989. Fue el momento en que el partido también decidió que había que participar electoralmente. Nosotros no somos anti parlamentaristas, somos revolucionarios;y si la coyuntura es propicia para la intervención electoral, no tenemos problema. En aquel momento esas eran las condiciones dadas. Esa fórmula presidencial la integraban Mario Geller y Elisa Delboy, compañera de Rogelio Rodríguez, caído en Villa Martelli. Y nuestra propaganda no era “más cloacas” o “más viviendas”: era la figura del Che y la posibilidad de un nuevo Cordobazo. Y no nos fue mal electoralmente. Luego vino el menemismo y la gloriosa lucha del proletariado ferroviario, cuando el gobierno decía “ramal que para, ramal que cierra”. Y el partido estuvo presente con los compañeros de Kilómetro 1, para ponerle pimienta a esa lucha. Igual no se podía dar vuelta la historia en ese momento y el menemismo arrasó con el esqueleto de las empresas del Estado. Pero después el menemismo fue reemplazado por De la Rúa, y todos sabemos lo que pasó en esa continuidad. Es parte de la historia reciente, porque muchos de los aquí presentes han participado del Porteñazo del 2001, y es la primera vez que un alzamiento tira abajo un gobierno constitucional. Parecía que era legítimo solamente si teníamos una dictadura militar enfrente. Pero siempre el alzamiento es legítimo cuando los planes que se aplican van en contra de los intereses de los trabajadores y del pueblo. Y desde hace muchos años en este país lo único que se aplica son planes de ajuste.
(…) A la luz del debate instalado por Mao Tse Tung se construyó la experiencia de VC. No había que seguir el ejemplo de los partidos originalmente revolucionarios que habían decaído, que se habían transformado en partidos de la burguesía. Había que construir nuevos partidos. Y aquí estamos, 50 años intentando poner de pie nuestra organización: este acto es una manifestación de que estamos en eso. Y no es que no nos hemos equivocado, la revolución es un permanente camino de equivocación. Pero estamos educados también en la línea de luchar y perder, levantarse, luchar y volver a perder, y así hasta la victoria. Porque esa es la historia de la lucha de los pueblos. Aún seguiremos perdiendo compañeros, con o sin dictadura. Pero lo que hay que recuperar es la ideología. Decía Fidel en el momento en que habían matado al Che Guevara, que la causa de los pueblos no es derrotada. Pueden caer los hombres, pero el camino de la lucha de los pueblos no tiene límite en su continuidad. Lo que no puedan derrotar es la Historia, es la idea, y como el Che hay muchos; y la prueba está en que ayer, justamente, en pleno bombardeo de Yemen, en medio de los cañones, aparecía la bandera de Ernesto Che Guevara.
Son 50 años en los cuales sostenemos una caracterización de nuestra sociedad. Es un país capitalista dependiente, que enfrenta de un lado a la gran burguesía ligada al imperialismo y del otro lado a la clase trabajadora, la pequeña burguesía y los estratos pobres. Tenemos un programa: hay que estatizar la banca, el comercio exterior, los recursos naturales, no hay que entregar a las mineras los recursos estratégicos, no hay que envenenar a los pobladores con Monsanto o Syngenta, somos partidarios de estatizar los ferrocarriles como parte de un plan donde la estructura de los ferrocarriles no esté al servicio del imperialismo dominante, sino que esté al servicio del bienestar de nuestra población. El monopolio es la forma económica principal que caracteriza a nuestro país. Y hay que tumbar al monopolio, por eso nuestro programa es fundamentalmente antimonopólico. Y tenemos una táctica: la rebelión popular, sobre todo después del 2001. Y tenemos una estrategia que es la insurrección popular. El problema que hay en este país son las condiciones subjetivas: o reflotan los ideales que de la situación actual se sale con revolución, o tenemos para rato democracia dirigida por la gran burguesía en sus distintas expresiones.
Y tenemos una ideología, esa ideología curtida por Marx y Engels en 1848, por los comunistas de 1918 y los del ‘60, curtida por el ejemplo de nuestros compañeros como Roberto Cristina, que en plena tortura en el Vesubio gritaba “viva la patria, viva la clase obrera, viva la revolución”.
Y esa ideología, llamémosle leninismo, guevarismo, mariateguismo, es la ideología de la revolución.
Es la que no hay que regalar después de tanta sangre vertida.
En esa línea estamos educados y hacia allá vamos”.

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Miércoles, Abril 5, 2017 - 19:00

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