A 48 años del asesinato | Emilio Jáuregui

Jueves, 8. Junio 2017

Nacido en el seno de una familia aristocrática, Emilio Mariano Jáuregui se dedicó desde joven al periodismo, trabajando para los diarios La Nación y La Prensa. Su militancia social, política y gremial rápidamente lo llevaron a abrazar la causa revolucionaria.

Emilio había dado sus primeros pasos como militante en el Partido Comunista, del cual fue expulsado por sus duras críticas al revisionismo, por impugnar al partido por reformista al descreer de su política de alianzas con la burguesía nacional y de la “vía pacífica” hacia el socialismo que sostenía en línea con la política soviética. Emilio fue parte del grupo que fundó la editorial La Rosa Blindada (1964) junto a intelectuales como Juan Gelman, José Luis Mangieri y Andrés Rivera.
Multifacético, periodista, escritor, editor, militante, fue el Secretario General de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa hasta su intervención en el segundo semestre de 1966. Por esos años viajó a Cuba, China, Vietnam, donde aprendió de los procesos revolucionarios triunfantes.
El 30 de junio de 1969 llegó Nelson Rockefeller a Buenos Aires en calidad de enviado especial del presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon. Los días previos a la visita el clima político era tenso. Su visita desencadenó una nueva oleada de movilizaciones en todo el país. Se desarrollaron acciones a escala nacional que el gobierno dictatorial intentó desactivar articulando distintas estrategias represivas, como la represión violenta y brutal directa, detenciones masivas, allanamientos, intervención de los gremios más combativos. El 26 de junio estallaban bombas en quince supermercados Minimax, propiedad de Rockefeller, acción realizada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Enrique Olmedo. Se producen decenas de detenciones en diversas confrontaciones con las fuerzas de represión. El día siguiente en el marco de una manifestación convocada por la CGT-A, Emilio fue víctima de una emboscada policial a pocas cuadras de donde comenzó la represión -Plaza Once-, cayó en Anchorena y Av. Corrientes. Emilio se convirtió en un símbolo de lucha y entrega por la revolución y el socialismo en Argentina, tal es así que el primer congreso nacional partidario de Vanguardia Comunista, realizado en 1971, se llamó Emilio Jáuregui en conmemoración y homenaje al militante “(...) asesinado por la policía de los monopolios, (...) por el imperialismo yanqui”, “a mansalva”, aquel viernes 27 de junio de 1969.
Para noviembre del mismo año la justicia de la dictadura, mediante un fallo del juez Liporaco, absolvía a Jelavio. Este es el policía al que los propios asesinos responsabilizaron, pese a que el asesinato de Emilio Jáuregui fue producto del fuego cruzado, pese a las contradicciones entre las pericias y las declaraciones. Como siempre, una vez más, la justicia de la burguesía garantizaba la impunidad a los asesinos de luchadores populares.
En el primer aniversario de su caída, en no transar 90 afirmamos: “(...) Emilio Jáuregui, que vive en el corazón de nuestro pueblo. Jáuregui vivió en Los Ralos, en Acindar, en Perdriel, en Fiat, en las barriadas, en las facultades ocupadas.” Hoy, A 48 años, repetimos: ¡Compañero Emilio Presente!
Ana Schultz

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Jueves, Junio 8, 2017 - 15:45

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