“La dura herencia del pasado…”

Martes, 15. Noviembre 2016
Pagar para endeudarse - endeudarse para pagar

La política de endeudamiento de Macri resulta así del hándicap de “desendeudamiento” logrado por Néstor y Cristina tras el pago al FMI, Repsol, el Club de Paris y el avance en las negociaciones con los holdouts (que el macrismo culminó) y del caso omiso al fallo del Juez Ballesteros, que la declaró “ilícita”, privilegiando en su lugar el accionar del Juez Griesa.

De esta forma, el pago de la deuda realizado por el gobierno anterior permite hoy a Macri emprender un nuevo ciclo de endeudamiento, aunque, en verdad, se trate de la continuidad del ciclo iniciado por el kirchnerismo. Por ese motivo, tras haber pagado la cuenta, el nuevo INDEC informó que la deuda externa alcanzada en el segundo trimestre de 2016 llegaba a u$s 188.266 millones.

De este monto el 64,4% corresponde a deuda pública, 33,9% es privada no financiera, es decir, de las empresas, y 1,7% proviene del sector financiero.

Respecto de la deuda pública (repartida entre no financiera y la perteneciente al 

Banco Central) la misma totaliza u$s 121.229 millones, estando repartida en títulos públicos (54,0%), préstamos de organismos internacionales (26,9%) y atrasos (8,1%). En tanto los préstamos de los bancos comerciales y acreedores oficiales representan el 5,4% y 5,5%, respectivamente.

Por otra parte, la deuda de las empresas privadas ronda los u$s 63.889 millones, de los cuales el principal componente corresponde a las deudas con empresas vinculadas (autopréstamos), seguido por la deuda con los proveedores, emisiones de títulos de deuda, y deuda con bancos comerciales y organismos internacionales.

Esta situación es inequívocamente comparable al recorrido inicial de la deuda, durante la última dictadura militar, cuando Martínez de Hoz y Cavallo hicieron de las suyas, y su correlato, como en aquel momento, es el excedente financiero mundial que busca nuevas colocaciones.

Recientemente el FMI, a través de su informe “Monitor Fiscal”, señaló que el mundo se encuentra en una etapa de hiperendeudamiento (225 por ciento del PBI mundial) lo cual agravará la recesión en los próximos años, incluida la de Argentina, motivo por el cual el fenómeno local no escapa a la lógica financiera mundial y desacredita a Macri quien señaló que el ingreso de divisas por esa vía -y no precisamente por la supuesta lluvia de inversiones o el magro blanqueo de capitales- tenga como propósito fortalecer las reservas.

En lo que va de la actual gestión el festival de bonos en dólares suma u$s 43 mil millones y la Ley de Presupuesto prevé otros u$s 44 mil millones para el año próximo y así de seguido hasta 2019. Simultáneamente, el Gobierno contrajo una nueva deuda con el Banco Nación para cubrir el déficit fiscal y facilitar la timba financiera local.

Tras haber tomado u$s1.000 millones de la ANSES, el Tesoro acaba de emitir una Letra por $25 mil millones de los depósitos del Banco Nación, con vencimiento el 8 de febrero de 2017, que se sumará al endeudamiento acumulado con ambos organismos cercano a $22 mil millones en concepto de rentas.

Las nuevas letras tendrán un plazo de 90 días y, remedando la manganeta del dólar futuro, serán transferibles a terceros y cotizarán en los mercados de valores locales (negocio asegurado para los pocos que aún dudan entre invertir en producción o especulación).

De esta forma, considerando la ausencia de inversiones y la caída de la producción, el macrismo se encamina a promover todo tipo de timbas financieras razón por la cual entre el ejercicio en curso y lo presupuestado para 2017 (sin tener en cuenta la deuda de los estados provinciales, municipales, ni del sector privado), la deuda total se incrementará en forma neta en 50 mil millones de dólares, pasando de representar el 49,6% del PBI (según la nueva medición con dólar promedio a 11,4 pesos) a un 56% del PBI, siendo en un 75% en moneda extranjera.

Jorge Díaz

Publicado en: 
Martes, Noviembre 15, 2016 - 21:15

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