¡Fuera las manos imperialistas de Ucrania!

◽️La crisis dispara la tendencia al saqueo y a la guerra
La pandemia vino a recrudecer la crisis general y las contradicciones entre las principales potencias económicas y militares, las cuales intentan encontrar algún atajo para evitar sus caídas en medio de la decadencia del capitalismo en su fase imperialista. Todo recurso, inversión, territorio o zona de influencia se ha convertido en una pieza estratégica dentro del tablero en el que el imperialismo convida con jugar su viejo juego de guerra. En este tablero China, Rusia y sus aliados se disponen a disputarse la hegemonía y el reemplazo de su supremacía a EEUU, que a su vez reflotó las alianzas del Atlántico y del Pacífico, en un intento por contener el avance del nuevo bloque de poder euroasiático. Este viejo poder surgido luego de la 2da guerra mundial y liderado casi en exclusividad por EEUU ha sometido a los pueblos y naciones con el endeudamiento, la intervención, las guerras de agresión y el saqueo de recursos. El poderío económico-militar creciente de China y Rusia, en el marco de un declive general del poderío estadounidense, configura un escenario de mayores disputas, en las cuales el incremento del gasto militar y las operaciones de todo tipo son la ley general. El establecimiento de bloques y alianzas en pugna se centra principalmente en influir decisivamente sobre los países europeos, mientras que se disputan países y regiones de Asia, África y América. El caso ucraniano está en el centro actual de disputa de esos movimientos. Es el eslabón débil de la crisis política pos-guerra fría, de provisión de energía y materias primas para buena parte de Europa y por lo tanto un factor importante en la geopolítica determinada por la disputa entre potencias. Es también la resultante de el empantanamiento de la puesta en marcha de un nuevo gasoducto de gas ruso a Alemania (que EEUU aspira suplantar con gas licuado, pero con un costo muy superior) y de la necesidad de asegurar a Ucrania y la región como parte de la llamada Nueva Ruta de la Seda, iniciativa china en donde el capital monopolista de este Estado se asocia, entre otros, con los monopolios rusos.
Desde la desintegración de la ex URSS, Ucrania permaneció fuera del pacto de estados bajo control de la Federación Rusa, aunque sus gobiernos se mantenían como amigos estrechos de Moscú. En 2014, la crisis política desestabilizó al gobierno pro ruso y puso en el poder formal a un sector favorable a la Unión Europea y la OTAN. En respuesta a esa jugada, en un clima de guerra civil, los rusos lanzaron una consulta y anexaron la península de Crimea y se estableció una suerte de zona de contención en el Dombas -el este ucraniano de mayoría rusa-, con la formación de milicias que reclaman la independencia de sus dos “repúblicas populares”, en vistas de incorporarse a la Federación Rusa. Como nunca antes, se incrementó y fomentó el nacionalismo en ambos bandos. Un débil acuerdo entre las partes dio paso a un período de endeudamiento, extranjerización y desindustrialización bajo la batuta de FMI y EEUU principalmente, perfilando una crisis que sería enfrentada con nuevos endeudamientos y la promesa de ayuda militar y equipamiento por parte de las potencias de la OTAN, con la intención de recuperar el Dombas y tensar más el cerco sobre Rusia.
Pero la crisis y las necesidades achican el margen de maniobras y es lo que mueve a estas potencias a ser más agresivas. Ninguno está dispuesto a ser dado por vencido sin antes pelear; así Rusia, percibiendo las flaquezas de EEUU y las diferencias manifiestas con sus aliados sobre este conflicto, decide dar el paso e intervenir atacando preventivamente y yendo por todo. Con Ucrania bajo control ruso, ahora será la propia OTAN la que tendrá en sus fronteras cara a cara a las fuerzas armadas rusas. Y esto supone una peligrosa escalada bélica.
◽️Nada con el FMI, EEUU y la OTAN, ni tampoco con RusiaLas invocaciones de Putin acerca de la pacificación y la lucha antinazi en Ucrania son tan falsas como su supuesto progresismo. Tanto el pueblo ruso como el ucraniano nada pueden esperar de un poder que actúa de la misma forma que otros imperialismos respecto de lo que consideran su “patio trasero”. Putin también está inmerso en una crisis en su propio territorio, que intenta sortear haciendo uso de su poderío militar. Lejos de una opción liberadora, es la reacción corporativa, conservadora y represiva. El paquete de sanciones y boicot que ya se implementa por EEUU, la UE y otros sobre la economía rusa, golpeará duramente y esto volverá más peligrosas las acciones de Putin hacia dentro y fuera de su territorio. El pueblo ruso debe repudiar las acciones contra Ucrania emprendidas bajo cualquier falso pretexto libertario o de autodefensa, como así también prepararse para resistir una mayor represión interna o el pago exclusivo de los costos de la actual crisis.
◽️Oponerse a la guerra y aprovechar las contradicciones para una salida popular revolucionariaLos trabajadores y los pueblos debemos repudiar esta intervención de las potencias y llamar a la movilización contra la guerra de rapiña e interimperialista en curso. Los pueblos de la región no necesitan de las disputas entre potencias ni del falso liderazgo bajo el neozarismo de Putin: lo que se necesita es volver a la unidad solidaria bajo un poder popular y socialista, como en tiempos de la revolución bolchevique.
Hay que rodear de solidaridad activa al pueblo y la nación ucranianos contra la potencia ocupante y colaborar con las acciones de resistencia global al saqueo y la guerra, generando un amplio y combativo movimiento antiimperialista. La crisis del imperialismo en descomposición abre camino a la guerra reaccionaria entre potencias y al fascismo, pero también genera condiciones para la intervención enérgica de los pueblos y naciones en busca de una salida de liberación y socialista.◾️No a la guerra reaccionaria de agresión ni a la guerra entre potencias
◾️No a la intervención de los EEUU/OTAN y de Rusia en Ucrania
◾️Inmediato cese de bombardeos y retiro de las tropas rusas en Ucrania
◾️Por la autodeterminación del pueblo y la nación ucraniano
PRML, 25/2/22