¡Estatización bajo control obrero ya!

Jueves, 11. Septiembre 2014
Paolo Menghini en el Festival por la reestatitación de las empresas el 29 de agosto pasado.

Emfer (Emprendimientos Ferroviarios) y Tatsa (Tecnología Avanzada en Transporte) coexisten en un predio ubicado junto a la General Paz en San Martín, provincia de Buenos Aires. La primera se especializa en la fabricación y reparación de vagones; la segunda en carrocerías de ómnibus y camiones. Ambas eran propiedad del grupo Cirigliano, quienes en base a los subsidios otorgados por el Estado Nacional, reparaban los coches que utilizaban las líneas que ellos operaban. Después de la tragedia de Once, los Cirigliano quedaron en la mira y los subsidios fueron retirados.

Después de la masacre de Once, donde murieron 51 personas y quedaron al desnudo los manejos mafiosos alrededor de la entrega de subsidios por parte del gobierno y sus funcionarios, el 19 de marzo del 2012, fueron quemados en el predio de Emfer, varios documentos pertenecientes a TBA. El cuerpo de delegados de Emfer Tatsa denunció este hecho y aportó pruebas para el posterior procesamiento de Claudio Cirigliano. Por este motivo, una de las varias causas que enfrenta el cuerpo de delegados es la de “robo agravado en poblado y en banda”. Hace pocos días, se realizó en Emfer un festival por la reestatización de la empresa y por la absolución del cuerpo de delegados de Emfer Tatsa, Paolo Menghini, quien representa a un sector de los familiares de las víctimas de Once, resaltó la importancia de la decisión tomada por los delegados al entregar las pruebas al juez de la causa; cómo, de esta forma, habían aportado a esclarecer este crimen contra los trabajadores y el pueblo, que a su vez, deja entrever la responsabilidad política del gobierno nacional.

<strong>Los vagones que compramos a China se pueden producir acá</strong>

Después del procesamiento de Cirigliano, la producción en Emfer se redujo hoy al 5% de su capacidad. Sus 422 trabajadores, junto al cuerpo de delegados, vienen denunciando el vaciamiento, y sobre todo, la intención del gobierno nacional de lavarse las manos ante esta situación. La compra de los famosos vagones chinos de Randazzo, en pos de su fallida “revolución ferroviaria”, es una clara muestra de que el fortalecimiento de la industria argentina forma parte del doble discurso kirchnerista. “La Argentina colocó hasta hoy más de 1180 millones de dólares en la industria ferroviaria china, según datos del Monafe. Además, el año pasado se emitieron Letras del Tesoro Nacional en dólares para adelantarle el 70% (228.900.000 de pesos) a la corporación estatal china CSR por la adquisición de 300 coches para la Línea Roca. Según los especialistas, estos vagones podrían ser fabricados en Emfer.” (Diario La Nación). Los trabajadores sostienen que si se reestatiza la empresa (el predio pertenecía a Fabricaciones Militares del Estado y fue adquirido de manera fraudulenta en los 90), estarían en condiciones de producir los vagones que hoy se compran a China.

<strong<Previsión de cierre, lucha de los trabajadores y nuevas diferencias en las filas del kirchnerismo</strong>

Al día de hoy, los trabajadores prevén el cierre total y vienen llevando adelante un plan de lucha que incluyó la toma de la planta, cortes en la General Paz, etc. Uno de los cortes fue reprimido duramente por la policía, y dejó a uno de los trabajadores hospitalizado. Sin embargo, más allá de las intenciones políticas de meter en caja los reclamos de los trabajadores, esta represión no frenó la pelea. El problema de la re-estatización también muestra las fisuras entre el gobierno y sus aliados. La última expresión de esto fue el pedido la semana pasada por parte de Caló, Secretario General de la UOM y de la CGT oficialista, para que Emfer sea estatizada. De hecho, Caló adelantó, desde la caja de la UOM, quincenas atrasadas a los trabajadores hace un par de meses, luego de que estos se movilizaran al Ministerio de Trabajo.

<strong>Organización por el salario y una solución de fondo</strong>

Los salarios están siendo pagados mediante un subsidio del Ministerio de Trabajo, pero de manera irregular y fuera de tiempo. En la última semana, ante estas irregularidades, los trabajadores decidieron en asamblea exigir el pago en tiempo y forma, pero, sobre todo, una solución de fondo para estos 422 puestos de trabajo. Al amenazar con otro corte en la General Paz, el Ministerio se comprometió al pago de las quincenas atrasadas y se concretaría una reunión con Randazzo y Capitanich, en la que estaría presente Caló.
No hay dudas de que la determinación de los trabajadores y los delegados vienen jugando un rol importante en el conflicto, así como también el apoyo de comisiones y juntas internas, organizaciones políticas y sociales.
Este conflicto tiene aristas políticas que no solo desnudan el falso discurso K alrededor de su modelo económico que favorece a monopolios y multinacionales sino también la corrupción de sus funcionarios, sus negociados que vienen costando vidas al pueblo, como la de las víctimas de Once.
Cuando en el país lo que se juega es quién paga el ajuste de una crisis generada por los de arriba, ejemplos como el de Emfer sirven para analizar la situación. Es clave rodear de solidaridad estos conflictos; fortalecer la coordinación y exigir la estatización bajo control obrero de toda fábrica o empresa que cierre.

<strong>Isabel Gómez</strong>

Publicado en: 
Miércoles, Septiembre 24, 2014 - 17:45

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